martes, 1 de diciembre de 2009

Cin ismos



Pocas parejas en la historia me caen taaaaan bien como los amigos cínicos Crates e Hiparchia pertenecientes a la escuela filosófica de los cínicos, los cuales eran, según mi profesor de filosofía “una escuela filosófica para adolescentes” ya que su principal crítica era hacia las convenciones sociales.
Su nombre no tiene que ver directamente con su homónimo adjetivo con el que caracterizamos a una persona falta de escrúpulos, procaz o desvergonzada sino con una escuela post aristotélica fundada por Antístenes (436- 366 aC).
Uno de los orígenes por el cual se llamarían de ésta manera tiene que ver con el comportamiento de Antístenes y Diógenes, que se asemejaba a la de los perros, por lo cual la gente les apodaba con el nombre kynikos, que es la forma adjetiva de kyon (perro).
Son características de ésta corriente filosófica su anticonformismo religioso y social que se dirigía contra todo hábito o costumbre; objeciones varias a cuestiones como familia, el Estado, la patria, etc., en contraposición a su defensa a la fraternidad humana y el contacto con los sectores marginales despreciados por la sociedad.

Ejemplo claro de esto lo presentaba el mencionado fundador de la escuela cuando dijo que el médico (como metáfora del filósofo) no ejerce su saber con los sanos sino con los enfermos.
Creían que la virtud consistía en librarse de las necesidades y que en esa libertad radicaba el único bien.

Tras esta simplona y resumida explicación de qué era la escuela cínica, pasemos a los amigos Crates e Hiparchia.
Crates era tebano, tras ver una tragedia de Telefo vendió todo su patrimonio y lo distribuyó entre sus conciudadanos.
Alejandro Magno tras haber destruído Tebas le preguntó a Crates si quería que reedificase su patria, a lo que éste contestó: “¿Y para qué, si luego algún otro Alejandro la volverá a destruir? Y que él tenía por patria el propio menosprecio y la pobreza…. No es mi patria una torre o una casa; sí que es todos los pueblos de la tierra…”

Entre charla y charla por las calles, hábitat natural de todo cínico, apareció Hiparchia que quedó encantada con las pocas promesas y los nulos regalos que le hizo Crates.
Nos cuenta el biógrafo Diógenes Laercio que “Agradábale tanto la vida y la conversación de Crates, que ninguna ventaja de sus pretendientes, las riquezas, la nobleza, ni la hermosura pudieron apartar de su propósito, pues Crates era todas estas cosas para ella. Aun amenazaba a sus padres que se quitaría la vida si no la casaban con él.
Finalmente, como sus padres rogasen a Crates que le removiese de su resolución, hizo éste cuanto pudo, mas nada consiguió. Sacó, por último, todos sus muebles a su presencia; y le dijo: “Mira, éste es el esposo, y éstos sus bienes: consulta contigo misma, pues no podrás ser mi compñaera sin abrazar mi instituto.” Eligiólo ella al punto, y tomando su vestido, andaba con Crates, usando públicamente del matrimonio, y concurriendo ambos a las cenas.”
Dicen que una vez alguien la acusó por su forma de vida y ésta contestó “…¿te parece, por ventura, que he mirado poco por mí en dar a las ciencias el tiempo que había de gastar en la tela?


Diógenes Laercio, Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres, Buenos Aires, El Ateneo, 1947, pp. 387- 397

10 comentarios:

  1. La lectura me recordó la anécdota aquella en donde Alejandro Magno le pregunta a Diógenes (el cínico) en qué le puede servir. Diógenes le contesta que se aparte ya que le quita la luz del sol. Por esto, y más, Diógenes de Sínope es el que me simpatiza más.

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  3. Javier, opino lo mismo, no te preocupes que en breve pensé hacer un post exclusivo para Diógenes, creo que lo merece

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  4. besos, ahi done los filosofos se resguardan de el olvido.
    besos.

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  5. hola hanna, que cuentas, googleas "techo" mucho?

    saludos.
    gabi f.

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  6. Uno de los blogs mas personales qu ejamas haya leido, ¡pardiez!.

    Saludos y gracias por pasarte.

    Volveré.

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  7. De los cínicos me gusta aquello de cuando a Diógenes le criticó un soldado diciéndole que si aceptara servir al emperador no tendría que alimentarse sólo de lentejas, y entonces él le contestó: "Y si tú aceptaras alimentarte de lentejas, no tendrías que servir al emperador".

    Hay también una anécdota, aunque yo creo que es apócrifa, que es cuando le reprendían por masturbarse (al parecer sin ningún recato) y y él respondió "Ojalá pudiera también quitarme el hambre rascándome la barriga".

    Emilia Alarcón (zumo de poesia.blogspot.com)

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  8. Ah, y se me olvidó otra muy buena aunque más conocida, que fue cuando Alejandro Magno, después de haber oído hablar del tal Diógenes, fue por curiosidad a verlo al tonel donde vivía y le preguntó si necesitaba algo. Y Diógenes le respondió: "Sí, que te apartes, que me tapas el sol".

    zumo-de-poesia.blogspot.com

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  9. siii.. es muy cierto.. los cínicos tenían muy claro cómo se vivía y qué era lo importante, ej. la luz del sol jajaa. me encantan

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