jueves, 26 de noviembre de 2009

Se me traba la lengua, se me ahogan las ganas

Definitivamente yo no me psicoanalizo.
Esa debe ser la causa por la que me da tanto pánico hablar con alguien que si lo hace.
Tengo la teoría de que al salir del diván el analizado tiende a, no sólo analizar su vida sino también y a modo de práctica, a todos los que lo rodean.
Delirios persecutorios rodean a la pobre condenada que suscribe, cada vez que entabla una conversación que comprometa un centímetro de su interioridad con alguien "en análisis".

No puedo vivir a la defensiva y, a veces prefiero no saber que detrás de cada chiste tal vez se esté ocultando una realidad o, que en cada sueño hay un deseo reprimido, sobretodo porque en ese caso yo reprimo hasta recordarlos.
Me gusta pensar que fue Freud quien dijo que "...a veces un cigarro no es más que un cigarro"

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